NARRATIVA DE CARLOS VILLACORTA VALLES


miércoles, 21 de mayo de 2008

VALORES Y SEXUALIDAD

VALORES Y SEXUALIDAD


Para entender este importante, complejo y prejuicioso tema de la sexualidad y su íntima relación con los valores, es fundamental aclarar lo que significa tanto los valores humanos como la sexualidad. En ese sentido:

Los valores Humanos.- En lo que corresponde a nuestro tema, se refiere específicamente a los VALORES MORALES: son aquellos valores que perfeccionan al hombre en lo más íntimamente humano, haciéndolo más humano, con mayor calidad como persona.

Los valores morales surgen primordialmente en el individuo por influjo y en el seno de la familia.
Los gobiernos de turno, los políticos, funcionarios del Estado y principalmente los medios de comunicación, diariamente y con sus hechos nos condicionan y deberían ser con valores como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, el trabajo, la responsabilidad, etc. Y, podemos agregar la autoestima como una forma de quererse a uno(a) mismo(a) dentro del respeto y la responsabilidad. ¿Será así?
¿Qué pasa cuando nuestras propias autoridades tienen precarizados sus valores? Y los medios de comunicación fundamentalmente la TV no infunde buenos valores.

¿Qué se necesita para que se dé esta transmisión de valores? En todo caso para enfrentar los antivalores.

En primer lugar: son de vital importancia la calidad de las relaciones con las personas significativas en tu vida: Tus padres, hermanos, parientes y posteriormente amigos y maestros.

En segundo lugar: Es además indispensable el modelo y ejemplo que estas personas significativas muestren, para que se dé una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Además es de suma importancia la comunicación de la familia. Cuando el niño ha alcanzado la edad escolar se hará participe de esta comunicación abierta, en la toma de decisiones y en aportaciones sobre asuntos familiares.

Posteriormente estos valores morales adquiridos en el seno de la familia ayudarán a insertarnos eficazmente y fecundamente en la vida social. De este modo la familia contribuye a lanzar personas valiosas para el bien de la sociedad.

Recordemos que una persona valiosa, es una persona que posee valores interiores y que vive de acuerdo a ellos. Un hombre vale entonces, lo que valen sus valores y la manera en como los vive.

La Sexualidad.- Generalmente se tiende a confundir con una pequeña parte de su significado que es el sexo o a tener relaciones sexuales. Absolutamente imprudente.
Se puede decir que la sexualidad es un fenómeno pluridimensional que comprende aspectos biológicos, psicosociales, conductuales, morales y culturales. Ninguna dimensión de la sexualidad puede ser tomada aisladamente. La sexualidad implica características biológicas, psicológicas y socioculturales que nos permiten comprender al mundo y vivirlo a través de nuestro ser como hombres y mujeres. Es una parte de nuestra personalidad e identidad y una de las necesidades humanas que lo expresa a través del cuerpo, es un elemento básico de la feminidad o masculinidad, de la autoimagen, de la autoconciencia del desarrollo personal. PRACTICAMENTE, ES TAMBIÉN UN VALOR.

El conocimiento que sobre la sexualidad va adquiriendo el adolescente se forma a lo largo de su recorrido histórico, lo que lo lleva a definir un comportamiento ante la vida y la sociedad en que se desenvuelve, es decir, la conciencia social se condensa en conciencias individuales por medio de referentes que provienen de los modos de apropiación de lo real y que son: la teoría, la empírica, la religión y el arte. En el desarrollo de la conciencia sexual del hombre, intervienen aspectos relacionados con el encéfalo humano y que corresponden a los caracteres biológicos y psicológicos, sin olvidar la presencia de lo sociocultural.

La sexualidad, entonces, no sólo se refiere a la reproducción o a las relaciones cóitales o sexuales, sino aún más, a los sentimientos, pensamientos, actitudes y comportamientos cotidianos de la vida. O bien, la sexualidad puede ser definida como la expresión psicológica y social de los individuos, tanto como hombre como mujer, en una cultura y en un momento determinado.

Valores y Sexualidad.- Juntos o separados, la práctica de valores y una sexualidad adecuada y correcta en el sentido de su justa comprensión, nos llevan indudablemente a una vida saludable, tanto física como mental. Pero, para que ello se dé, se necesita de factores condicionantes, de no ser así producen lo contrario, como dijimos anteriormente y que en seguida lo abordamos en su mayor dimensión:

Durante los últimos años las estrategias de desarrollo social han tenido una amplia transformación, evolucionando desde las corrientes teóricas que enfatizaban en el incremento del crecimiento económico, hasta llegar a las que proponen una estrategia de satisfacción de las "necesidades humanas básicas". Desde esta perspectiva, el desarrollo social se concibe como un proceso conducente a la satisfacción de las necesidades humanas y a la obtención de una mejor calidad de vida para todos los integrantes de una sociedad. Plantea que la salud es un factor fundamental en la dinámica del desarrollo social por su doble condición de meta específica del desarrollo y de medio indispensable para garantizar los niveles mínimos de productividad, ahorro y crecimiento económico, tanto a nivel individual como colectivo.
Sin embargo, en el Perú, esta realidad no se cumple. Más del 52% de la población presenta carencias materiales y no materiales que limitan la potenciación de capacidades e impiden que se alcance una calidad de vida digna. Podríamos decir que existen cuatro grandes causas de este fenómeno:

1.- La concentración de la propiedad y la riqueza en pocas manos.
2.- La debilidad del Estado y su sujeción a los capitales privados extranjeros.
3.- El modelo de desarrollo ajeno a nuestra realidad.
4.- La cultura del pueblo peruano. Alienación.

Este último factor es de mucha importancia para los estudiosos del amor, la vida en pareja, los fracasos matrimoniales, los embarazos prematuros, la salud sexual, las infecciones de VIH/SIDA, la violencia intrafamiliar y demás aspectos que componen la sexualidad humana. Casi todas las investigaciones recientes nos muestra una serie de creencias, costumbres y valores que tienden a producir estilos de vida poco saludables y que interfieren con el desarrollo personal y social de los peruanos pertenecientes a todos los estratos sociales. Antes, sólo se adjudicaba estos problemas a los más pobres del país, porque se les consideraba carentes de cultura y donde campeaba más la alienación. Se ha comprobado que tanto la carencia y la opulencia, afectan la personalidad de los seres humanos.
En términos generales, puede decirse que, tanto en la población más pobre de nuestro país y en su población más rica, se encuentran dificultades para expresar el cariño, el amor o la ternura (sobre todo en los hombres). En la población más pobre, porque la lucha por la sobrevivencia, no da tiempo para los arrumacos, a pensar en nuestra condición de hombres y mujeres, sólo que es lo que se comerá mañana. Esto indudablemente no quiere decir que se haya perdido la sensibilidad y el sentimiento a lo bueno, simplemente está postergado o no tiene la intensidad que debe tener.

En los guetos de los ricos, se la confunde con lo material, con el dinero, los valores y la sexualidad tienen un precio. Se es hombre o mujer valorada o valorado en la medida de cuanto tienes. Las telenovelas se encargan de reproducir esta forma de vida. Tampoco queremos decir que todo esté fríamente calculado por el dinero, simplemente esta distorsionado por la opulencia.

También es común, en ambas esferas sociales, hasta la actualidad, que se tengan creencias erróneas con respecto al amor, lo que genera mucha frustración al llevar a choques entre la fantasía y la realidad afectiva de la vida cotidiana.
Frecuentemente se espera que la persona amada satisfaga todas las necesidades de la pareja; se ansía un amor incondicional, sin límites, un amor eterno. Se espera que la persona amada "sea" como la pareja desea que sea (no como ella "es" en realidad). Se cree que el dolor, el sufrimiento y los celos son una parte importante e imprescindible de la vida amorosa.
Por lo general, se espera que la mujer sea quien sostenga la relación, esto desde el punto de vista afectivo. Es frecuente observar la exigencia de "pruebas de amor", en donde el hombre exige la entrega sexual para que ella le "pruebe que realmente lo ama".
También se cree que una forma de evitar que el hombre se vaya (o que regrese a la relación amorosa, cuando ya se ha ido) es teniendo relaciones sexuales.
Todo lo anterior dificulta seriamente la elección de una pareja adecuada, ya que no se escoge tomando como base la realidad, sino con base en creencias irreales que pueden llevar rápidamente a la frustración y la decepción. Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad en esta confusión.
Se observan también, algunos casos de fanatismo religioso, donde las personas (con mucha comodidad) culpan a Dios de su realidad. ¡Como si los seres humanos no fueran responsables de manejar adecuadamente su sexualidad! También es común la creencia de que hay que tener todos los hijos que Dios envíe, como si el único responsable de la fecundación fuera Dios (y los humanos no hiciéramos nada para producir o evitar la fecundación del nuevo ser)

No siempre entonces, la pobreza es índice de prostitución y desarraigo de los valores morales, así como tampoco el pertenecer a una clase social alta o tener un estatus educativo superior o dinero es sinónimo de ética y buenas costumbres.

Finalmente están los mercaderes mediáticos, los que más daños causan a la mujer. Para éstos, la mujer es solo un conjunto de músculos que deben poseer ciertas medidas y altura prediseñada, caso contrario quedará relegada de las normas utilizables. Y para colmo, muchas de estas féminas, carentes por completo de valores verdaderos y neuronas que las sostengan, entran en ese juego perverso de encajar dentro de las normas que algunos varones libidinosos proponen arbitrariamente.
Ahí Tula Rodríguez como mal ejemplo de relación y embarazo irresponsable. Es decir, nuestra sociedad de mercado manipula la sexualidad humana convirtiéndola en una mercancía en sí misma. Todos vemos TV. Donde la mujer es utilizada como objeto sexual.
Sintetizado por Carlos Villacorta

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