Irak: una debacle tóxica
Paul Reynolds Experto en temas internacionales, BBC
Bush describió la guerra como un "paso hacia la libertad".Se suponía que a estas alturas la guerra en Irak ya tenía que haber terminado.
No se suponía que la guerra provocara un conflicto entre sunitas y chiítas, o que Al Qaeda fuera a crear tantos problemas en Irak.
Tampoco se suponía que la política exterior de Estados Unidos terminaría por alienar a gran parte del mundo -especialmente cuando después del 11-S gozaba de los más altos niveles de simpatía.
Para los defensores de la guerra, el objetivo era eliminar una amenaza a la paz mundial. Y con esto pretendían plantar la bandera de la libertad y de la democracia en Oriente Medio.
Pero los críticos objetaron que la amenaza no era real, que la invasión era ilegal y que Estados Unidos en realidad buscaba controlar el petróleo de la región.
Entonces, ¿cómo llegamos a la situación de hoy?
Ingenuidad preventiva
La invasión de Irak fue parte de la doctrina preventiva del presidente Bush y de sus deseos de lograr lo que él llamó "libertad en otras tierras".
No se esperaba que la guerra fuera a causar años de derramamiento de sangre.En un discurso en noviembre de 2003 Bush declaró que "la democracia en Irak tendrá éxito y tal éxito propagará el mensaje, desde Damasco a Teherán, que la libertad puede ser el futuro de todas las naciones".
Su doctrina, que justificaba el ataque preventivo incluso si la amenaza no fuese inminente, ha sido otra de las víctimas de la guerra.
La investigadora Dana H. Allin, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres, señaló que "los tres candidatos a la elección presidencial de los EE.UU. se alejarán de la doctrina de Bush de manera significativa".
Ella añade que "en gran medida, la experiencia de Irak ha desacreditado la doctrina preventiva, aunque no la ha eliminado del todo. Y lo que sí es cierto es que EE.UU. no invadirá de nuevo con tanta ingenuidad esperando que todo le salga bien, como parece haber ocurrido en Irak", recalcó.
Esperanzas que no escapan
Esta tiene que ser la política exterior peor gestionada de cualquier presidente desde la Segunda Guerra Mundial
David Rothkopf, catedrático del Carnegie Endowment Está claro que el último capítulo de Irak no se ha escrito todavía. Los más optimistas creen que dadas las recientes mejoras que se han experimentado en el país, el conflicto se solucionará.
El ex economista de la Casa Blanca, Lawrence Lindsey, cree que el costo financiero de la guerra de Irak es "relativamente menor en términos presupuestarios" y todavía esperan que consigan los mejores resultados.
En la revista Fortune escribe: "Un Irak estable, con un gobierno elegido por su propio pueblo sería una gran aconteciemiento en el mundo árabe. Significaría que existe una tercera alternativa a la actual opción entre los regímenes represivos y el fundamentalismo islámico".
Alguien que en 2006 habló no de una retirada sino de un aumento de la fuerza en la región, fue el escritor Frederick Kagan.
En el Weekly Standard, la biblia de los neo-conservadores, apunta que la guerra ha funcionado y celebra al general David Petraeus y a su subordinado, el general Raymond Odierno:
"Cuando el general Odierno cedió el mando de MNC-I (Multi-National Corps Iraq) el 14 de febrero de 2008, la guerra civil había terminado. Las bajas civiles se redujeron un 60%, al igual que los ataques semanales", dijo.
El daño está hecho
Sin embargo, incluso si sucede que la guerra "se gana", sus críticos rechazan toda sugerencia de que "valió la pena".
La administración Bush ha tenido que enfrentarse a la reacción de la opinión pública.David Rothkopf, ex funcionario de la administración Clinton, ahora en el Carnegie Endowment en Washington, señala que "declarar que se trata de un éxito basado en las recientes mejoras, es como decir que una persona que quedó discapacitada por unos balazos ha visto curar sus heridas. El daño está hecho".
Este analista también sostiene que "la política exterior de Bush ha sido un fracaso y eso será juzgado en Irak. Él se hará responsable de una innecesaria y costosa guerra que viola el derecho internacional, aliena a los países amigos y nos distrae de las cuestiones esenciales del terrorismo".
Sin limitar sus comentarios, Rothkopf añade que "esta debe ser la peor gestión de política exterior de cualquier presidente desde la Segunda Guerra Mundial. Incluso si a mediano plazo Irak se vuelve relativamente pacífico, ¿valió la pena el costo? No lo creo".
Diplomacia por los suelos
Y en cuanto al prestigio internacional de Estados Unidos, la guerra terminó alejándolo de algunos de sus principales aliados, como Francia y Alemania.
Otros, como España e Italia, enviaron tropas después de la invasión. Pero abandonaron el proyecto tan pronto la opinión pública interna se volvió hostil.
Los críticos de la guerra niegan que "haya valido la pena".Por otro lado, países más pequeños, muchos de ellos del antiguo bloque soviético, como la República Checa, Polonia y Georgia, vieron aquí la oportunidad para demostrar su lealtad a los EE.UU. y enviaron contingentes.
Para ellos, una fuerte y activa relación con Estados Unidos es un buen augurio para su seguridad.
A su vez, el apoyo del Reino Unido dio lugar a nuevas divisiones dentro de Europa, afectando las negociaciones sobre una política exterior común en la UE, plasmadas en el tratado de Lisboa.
La invasión de Irak también tuvo repercusiones en Rusia, donde resurgió un clima de hostilidad hacia Occidente y donde cada vez parecen más impacientes con el poder estadounidense.
Irak tampoco desencadenó la revolución democrática en el Oriente Medio, tan esperada por Bush, y el conflicto palestino-israelí continúa sin resolverse.
Irónicamente, Irán, con el que EE.UU. mantiene una hostilidad recíproca, es el país que se ha proyectado con mayor fuerza en la región, inquietando así a los estados árabes del Golfo.
No cabe duda que la debacle de la Guerra de Irak continúa.
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