Ser diabético puede suponer cambios importantes en la vida diaria de una persona.
Los individuos con esta enfermedad, debido a la incapacidad de su propio cuerpo para controlar los niveles sanguíneos de azúcar y convertir este en la energía biológica necesaria, deben de llevar a cabo un control sobre diferentes aspectos de su vida cotidiana.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes azucarada, o diabetes mellitus, es una alteración del metabolismo caracterizada por el aumento de los niveles de azúcar en sangre (hiperglucemia), causada por un defecto (completo o no) de la secreción o acción de una hormona: la insulina.La insulina se produce en unas formaciones especiales que se encuentran en el páncreas: los islotes de Langerhans.
Los niveles del azúcar en la sangre se mantienen, en las personas no diabéticas, dentro de unos límites normales muy estrechos, sobrepasando muy rara vez los 130 mgr. Por Dl., incluso cuando se han tomado alimentos muy ricos en azúcar. Esta estabilidad de la glucemia se debe a la existencia de un mecanismo regulador extraordinariamente fino y sensible.
Cuando una persona no diabética ingiere alimentos, los azúcares que estos contienen se absorben desde el intestino y pasan a la sangre, tendiendo a elevar los niveles de azúcar en ésta. Tal tendencia a la elevación es inmediatamente detectada por las células productoras de insulina que responden con una secreción rápida de esta hormona. La insulina, a su vez, actúa como una llave que abre las puertas de las células en los músculos, el tejido graso y el hígado, permitiendo entrar al azúcar y disminuyendo por tanto su nivel en la sangre. Todo este mecanismo es muy rápido, no dando tiempo a que la glucemia se eleve. Una vez que el azúcar ha entrado en los tejidos, es quemado (metabolizado) y produce energía que es utilizada para mantener las funciones de los órganos y su estructura.
En una persona con diabetes, la producción de la insulina está tan disminuida que se altera todo el mecanismo regulador: las elevaciones del azúcar sanguíneo no son seguidas por un aumento suficiente de la insulina, el azúcar no puede penetrar en las células y su cantidad continúa elevándose.
Expresión clínica
El hecho de que las células carezcan de combustible (el azúcar), da lugar a que no produzcan energía suficiente y alteren sus funciones. Esta falta de energía es la razón de que un diabético mal controlado pueda experimentar:
1.- Flojera, falta de fuerza: conocido en términos médicos como astenia.
2.-Sensación de hambre: las células se encuentran hambrientas, siendo este el motivo de que una persona con diabetes no controlada pueda sentir hambre:
3.- polifagia.Adelgazamiento: puesto que no puede recibirse energía de los azucares, el organismo intenta obtenerla a partir de las grasas, produciéndose una movilización de las que se encuentran almacenadas en el tejido adiposo.
4.- Aumento de la sensación de sed: debido a los altos niveles de azúcar en la sangre el riñón, que actúa como un filtro para esta, recibe una notable sobrecarga de azúcar. Como la capacidad del riñón para concentrarla es limitada, se ve obligado a diluirla utilizando agua del organismo. Esta situación conduce a una cierta deshidratación que se percibe por el diabético como un aumento de la sensación de sed:
5.- polidipsia Aumento de la necesidad de orinar: el aumento de la eliminación de agua hace que las personas con diabetes no controlada puedan orinar más de lo normal poliuria De este modo, vemos como el aumento del azúcar en la sangre, debido a la falta de insulina, conduce a los que se consideran como síntomas cardinales de la diabetes: poliuria, polidipsia, polifagia, adelgazamiento y astenia.Los síntomas cardinales de la diabetes son: poliuria, polidipsia, polifagia, adelgazamiento y astenia.
Tipos de diabetes
Pese a que las consideraciones generales que hemos apuntado en el apartado anterior son aplicables a cualquier forma de diabetes, las causas por las que se produce, la forma en que se presenta y aquella en que evoluciona, hacen que se distingan algunos tipos bien diferenciados de diabetes.
* DIABETES TIPO 1
Esta forma de diabetes, que aparece sobretodo en niños, adolescentes y adultos de menos de 30 años, es debida a una destrucción completa o casi completa de las células productoras de insulina, como consecuencia de un proceso autoinmune.
La diabetes tipo 1 aparece, sobretodo, en niños, adolescentes y adultos menores de 30 años.En los procesos autoinmunes, el sistema de defensa del organismo frente a las agresiones externas (sistema inmunitario), "confunde" con un elemento agresor a alguna sustancia que, en realidad, es un constituyente del organismo, lo ataca y lo destruye.
En el caso de la diabetes tipo 1, la sustancia en cuestión sería alguno de los constituyentes de las células productoras de insulina en el páncreas. Además de la edad de aparición, la diabetes tipo 1 se caracteriza por:
-Un comienzo relativamente brusco, acompañado de todos o la mayoría de los síntomas cardinales de la dolencia.
-Una necesidad absoluta, vital de insulina para el tratamiento. De no utilizarse la insulina, los diabéticos de este tipo sufrirían un rápido agravamiento, hasta caer en un "coma diabético”.
Desde el punto de vista del laboratorio, los diabéticos tipo 1 presentan alteraciones características (ausencia de secreción de insulina, anticuerpos contra las células productoras de insulina,..). Tales análisis son utilizados, a veces, con fines de investigación, pero no tienen utilidad en la rutina del tratamiento.
* DIABETES TIPO 2
Esta forma de la diabetes aparece habitualmente en personas mayores de 40 años, siendo tanto más frecuente cuanto más avanzada sea la edad. Sus causas son una combinación de factores genéticos y ambientales, aunque no se conoce con exactitud cuál es el rasgo que se hereda. Lo más probable es que lo heredado sea un conjunto de rasgos, frecuente cada uno de ellos en las personas, pero agrupados en una combinación relativamente poco frecuente.
La diabetes tipo 2 suele aparecer de forma solapada a partir de los 40 años. Su frecuencia es mayor cuanto más avanzada es la edad y si hay sobrepeso, hipertensión arterial o colesterol alto. Además de la edad de aparición, son caracteres importantes de la diabetes tipo 2:
-La aparición solapada, con muy pocos o ningún síntoma. Muchas veces se descubre casualmente.
-La frecuente asociación con el sobrepeso, la tensión arterial alta y las alteraciones del colesterol y otras grasas sanguíneas.
-La frecuente respuesta, al menos inicialmente, a la dieta, el ejercicio y los medicamentos en forma de pastillas. La insulina es, en ocasiones, necesaria para conseguir un control adecuado, pero no es vital.
La ausencia, en los análisis, de aquellas alteraciones que caracterizan a la diabetes tipo 1, (mantenimiento de la producción de insulina, ausencia de anticuerpos, etc...) La diabetes tipo 2 es, con mucho, la más frecuente de las formas de diabetes en las sociedades de nuestro entorno, constituyendo más del 80 por ciento del total de las diabetes.
La diabetes tipo 2 es, con mucho, la más frecuente de las formas de diabetes en la sociedad occidental, constituyendo más del 80 por ciento del total de las diabetes.
El hecho de que, muchas veces, carezca de síntomas, hace especialmente importante la búsqueda de su diagnóstico entre las personas de mayor riesgo: familiares directos de diabéticos tipo 2, obesos, hipertensos, etc... , puesto que ignorada y no tratada, puede conducir a complicaciones, a medio y largo plazo, tan importantes como las de la tipo 1.
* DIABETES GESTACIONAL
La diabetes gestacional es aquella que aparece durante el embarazo en una mujer que previamente no la padecía. No debe confundirse con la situación de una diabética (tipo 1 o tipo 2) que, en un momento dado, queda embarazada. Se trata de una situación relativamente frecuente y, por ello, debería de buscarse en todas las embarazadas, especialmente si presentan algún riesgo especial (diabetes gestacional previa, antecedentes familiares, alteraciones previas de la curva de glucemia, etc...).
La detección de la diabetes gestacional es de gran importancia, dadas las consecuencias que, de pasar inadvertida, puede tener para el fruto del embarazo. Su tratamiento correcto, hasta conseguir la casi normalización de los niveles de azúcar, es primordial.
* OTRAS FORMAS ESPECÍFICAS DE DIABETES
En este apartado, se sitúan un buen número de las antes llamadas diabetes secundarias, junto con una serie de síndromes genéticos definidos en los últimos años.
Entre ellas se cuentan:
Defectos genéticos de la función de las células beta.
Defectos genéticos de la acción de la insulina.
Enfermedades del páncreas exocrino.
Endocrinopatías Inducida por fármacos o de origen químico.
Infecciones Formas infrecuentes de origen inmune.
Otros síndromes genéticos relacionados con diabetes.
Concepto de intolerancia a la glucosa.
Dentro de esta categoría de alteraciones del metabolismo de los azúcares, se incluyen aquellas personas cuyos niveles de glucosa no son lo bastante altos como para considerarlas diabéticas pero que, cuando se les somete a una sobrecarga de 75 gr. de glucosa pura, responden de un modo intermedio entre la normalidad y la diabetes franca.
Concretamente se considera que padecen intolerancia a la glucosa quienes presentan niveles de glucosa en sangre, dos horas después de la sobrecarga, situados entre 140 y 200 mgr.
La intolerancia a la glucosa es extraordinariamente frecuente (aproximadamente el doble que la diabetes misma) y puede constituir un estadio previo en la historia natural de la diabetes, precediendo a esta. En el 40 % de las ocasiones, la alteración detectada con una prueba de sobrecarga, revierte a lo normal cuando la prueba se repite.
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