NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL DEBE CONSERVARSE, PERO, NUESTRAS RAÍCES DEBEN RECUPERARSE, PARA QUE CON SU SAVIA, DESARROLLE LA PLANTA DE LA LIBERTAD Y LA AUTONOMÍA CULTURAL EN FUNCIÓN DE UNA SOCIEDAD SUPERIOR.
MACHU PICCHU DEBE SER LA RAZÓN, PARA QUE HAYA UNA JUSTA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA QUE ESTÁ GENERANDO Y, ERRADICAR LA POBREZA EN EL CUZCO
Machu Picchu: del orgullo a la conservación responsable
A un año de la elección de Machu Picchu como una de las 7 maravillas del mundo moderno, debemos reflexionar sobre el gran valor de nuestro patrimonio arqueológico y las necesarias medidas para preservarlo.
Para empezar, es positivo que haya aumentado el número de turistas. Según cifras del Mincetur, el año 2007 Machu Picchu recibió 800.158 turistas, es decir 108 mil más que en el 2006.
Ello significa un mayor ingreso de divisas para el Perú y mayor dinamismo para la región cusqueña. Pero, no se puede abusar de las fantásticas ruinas y, así como debe ponerse límites al número diario de visitas, tiene que invertirse en su conservación.
Al efecto, es positivo que el INC haya destinado 25 millones de soles para investigación y restauración, y que se prevea la instalación de un nuevo sistema de vigilancia y boletaje.
Son buenas señales que hay que alentar, pero ciertamente queda mucho más por hacer. Machu Picchu es motivo de orgullo para todos los peruanos, pero también un legado inigualable de nuestros antepasados que debemos entregar incólume a las próximas generaciones.
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